Bioeconomía, transición ecológica en Castilla y León
La nueva Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una especialización inteligente (RIS3) de Castilla y León 2021-2027, incluye a la bioeconomía como uno de los ámbitos de prioridad para Castilla y León, dada la dimensión de sus sectores agrario y forestal, el peso de la agroindustria y las fortalezas en I+D biotecnológica.
El desarrollo de este sector supone un elemento clave para dinamizar las áreas rurales y aprovechar eficientemente los recursos endógenos renovables, impulsando nuevos modelos de negocio que mejorarán la competitividad del tejido empresarial, generando puestos de trabajo y fijando población especialmente en las zonas más afectadas demográficamente.
Pero el éxito de implantación de este modelo depende de su forma de construcción.
Los expertos congregados en el I Foro de Bioeconomía de Castilla y León (celebrado los días 27 y 28 de octubre de 2021), nos dejaron algunas pistas entre sus conclusiones técnicas:
- Bosques: proteger la biodiversidad y generar riqueza. La bioeconomía debe apostar por la preservación de la biodiversidad, restauración ecológica y la circularidad de los procesos: sin biodiversidad no hay bioeconomía
- Integración de ámbitos (rural y urbano, forestal y agrícola), anclaje territorial y construcción a partir de las capacidades existentes, el conocimiento de los actores relevantes y de las comunidades, aplicándolos en todo el proceso.
- La descarbonización de las actividades es la palanca principal para lo cual es necesario el compromiso compartido de todos los actores y especialmente el de la administración, actualizando el marco normativo que incorpore principios de justicia climática y los incentivos necesarios para acompañar este proceso y garantizar el cambio de modelo.
- Castilla y león posee recursos infra aprovechados por lo cual es necesario aumentar las capacidades de gestión territorial desde un enfoque de colaboración público privada para aumentar su movilización de forma sostenible incorporando y fortaleciendo las capacidades digitales y de innovación y desarrollo para agregar valor, atraer talento y que tanto el valor agregado como el talento se asienten en el territorio.
- La industria presente y futura tiene una gran oportunidad para el desarrollo de productos sostenibles reemplazando el concepto de residuo por el de recurso. A través de la construcción de sinergias que favorezcan el aprovechamiento de subproductos de una empresa como materia prima de otra (simbiosis).
- El desarrollo de la bioeconomía requiere una fuerte apuesta del sector privado para incorporar personas con diferentes niveles de formación, considerando especialmente a la formación profesional
- Las personas son el centro: por lo cual debemos exigir y ser capaces de asumir el compromiso comunitario para la construcción de políticas equitativas, que garanticen la igualdad de género, la cohesión territorial, la formación y dignificación de las condiciones de trabajo especialmente para las mujeres y los jóvenes garantizando una mejora de la calidad de vida integral.
La buena noticia es que la revolución ya ha comenzado y en la actualidad se está trabajando en nuestro país en iniciativas tan interesantes como el Proyecto BEGUR que estudia la viabilidad del aprovechamiento del residuo de madera (serrín) para generar un nuevo material de alto valor añadido para la fabricación de elementos de mobiliario urbano u otros. Para lo cual, se utilizará la fracción más fina de madera para la obtención de un composite plástico-madera WPC, mediante la extrusión de las fibras más finas de madera con polímeros plásticos y aditivos. De esta forma se podría sustituir el 50% del material plástico con producto de madera.
Además, el pasado 21 de marzo de 2022, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera anuncio en la Jornada ‘Bioeconomía y Emprendimiento’ próximas convocatorias enmarcadas en el Programa de Bioeconomía y Gestión Forestal Sostenible, dotado con 120 millones de euros de inversión. Será el primer paquete de inversiones en el que se combine de forma específica la promoción de la bioeconomía y las actuaciones de transformación territorial y lucha contra la despoblación. Un programa con una gobernanza compartida que destinará 40 millones para las comunidades autónomas, 40 millones para entidades locales y 40 millones para empresas, asociaciones y emprendedores.