El valor de los DATOS FORESTALES

El sector forestal-madera celebra la puesta en marcha del nuevo Portal de Datos Forestales de Castilla y León. Una plataforma que muestra mediante estadísticas el valor del sector forestal castellano y leonés, y su relevante aportación a la socioeconomía de Castilla y León.

En su presentación, Roberto Bravo, presidente de la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCYL), entidad que lidera la Plataforma ForesCYL, se ha centrado en explicar la importancia de tener datos actualizados y fiables para la industria forestal de Castilla y León, una reivindicación histórica del sector forestal-madera en esta comunidad. Los datos proporcionan información precisa y detallada que nos ayuda a identificar oportunidades, detectar amenazas, optimizar recursos y mejorar la toma de decisiones estratégicas que impulsen el éxito y la competitividad de nuestras empresas, que son las que generan los puestos de trabajo en los entornos rurales. Bravo incidió en que esta herramienta debe acompañarse con la urgente digitalización del sector para poder afrontar los retos productivos y normativos que nos vienen, como el reglamento EUDR.

Se espera que el portal proporcione información clave en materia forestal y suponga el impulso necesario al servicio de emprendedores dispuestos a crear negocio montando empresas que generen empleo en Castilla y León, una comunidad referente en todo lo relacionado con el sector forestal y el medio natural.

Castilla y León es forestal: montes, empresa y sociedad

«Castilla y León con más de 5,1 millones de hectáreas de terreno forestal se posiciona como un referente nacional en el ámbito foresta

Juan Carlos Suárez-Quiñones

Durante el acto, presentado por Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, ha destacado que Castilla y León con más de 5,1 millones de hectáreas de terreno forestal se posiciona como un referente nacional en el ámbito forestal. Los datos recopilados en el portal resaltan la presencia de recursos como madera, piñón, resina, castaña y productos micológicos, así como la importancia de servicios ecosistémicos prestados por los bosques. Y ha declarado que “el sector forestal conserva, gestiona y pone en valor todas estas potencialidades de nuestros bosques y las traduce en numerosos beneficios para la sociedad, impulsa la economía regional, proporciona oportunidades empresariales y de trabajo, genera empleo y fija población en el medio rural”.

María González Medina, gerente de la Confederación de Empresarios de la Madera de Castilla y León (CEMCAL) y Jesús Pestaña Fernández de Araoz, presidente de la Federación de las Asociaciones Forestales de Castilla y León (FAFCYLE) han participado en la Mesa redonda “Castilla y León es forestal: montes, empresa y sociedad” donde se ha destacado la necesidad de involucrar a las generaciones más jóvenes en la conservación de los bosques, porque en palabras de Marco Antonio Morala, alcalde de Ponferrada que también ha participado, “el futuro social y económico de nuestra tierra será sostenible o no será”

«El futuro social y económico de nuestra tierra será sostenible o no será»

Marco Antonio Morala

Jornada de aprovechamientos forestales

La Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León y la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del territorio se dan cita en la Sierra de la Culebra

Villardeciervos (Zamora) ha sido el lugar elegido para el encuentro. Allí, en una fructífera jornada de trabajo con el Servicio Territorial, se han analizado los retos a los que nos enfrentamos en materia de aprovechamiento forestal poniéndose de manifiesto la urgente necesidad de impulsar la digitalización del sector y estar preparados para dar cumplimiento a las normativas ambientales, cada vez más exigentes, como el Reglamento de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación EUDR 2023/115.

Tras la interesante visita de campo tuvo lugar una Mesa redonda en la Sala de Votaciones del ayuntamiento. Desde la presidencia de la MIMCYL, se evidenció la gran oportunidad estratégica del sector Forestal-Madera en nuestra región (el 51% de la superficie de CyL es forestal, casi 5 millones de ha) y la relevancia que tienen estos encuentros para una fluida interlocución con la administración.

Tras presentar las grandes cifras del sector se expresaron las cuatro líneas de actuación fundamentales para seguir aprovechando el potencial forestal de Castilla y León:

  1. Activar las cortas para alcanzar el objetivo anual de 4 millones m3/año.
  2. Seguir certificando nuestros bosques para satisfacer la demanda de materia prima certificada del mercado.
  3. Apoyar a las serrerías para potenciar los productos de madera frente a otros productos menos eficientes energéticamente y menos amistosos con el medio ambiente.
  4. Actualización de la normativa de transporte de forestal y homologación a la normativa europea para incrementar la competitividad del sector.

Otros problemas crónicos del sector, como la necesidad de actualización de algunos procedimientos (por ejemplo, la renovación de los pliegos para evitar la compleja heterogeneidad actual por provincias), que simplifiquen la relación con la administración y faciliten el cumplimiento de la normativa no solo por las grandes empresas, afloraron en el debate, aunque se estima que todas estas circunstancias se podrán ir resolviendo según avance el proceso de digitalización del sector.

Desde la MIMCYL valoramos muy positivamente la jornada. Este tipo de encuentros es la mejor manera de entendernos y adaptarnos a las circunstancias siempre cambiantes en nuestro sector. Estrechar lazos y trabajar juntos con la administración para aprovechar el caudal de lecciones aprendidas, por ejemplo durante estos dos años de gestión tras los incendios de Sierra de la Culebra, nos hacen comprobar sobre el terreno que compartimos muchos problemas y que las soluciones pasan por una estrecha colaboración. Ambas partes trabajamos por un mismo objetivo, que no es otro que potenciar al sector forestal-madera, estratégico en nuestra comunidad.

Contra el cambio climático: ACTIVIDAD FORESTAL

«EL CAMBIO CLIMÁTICO EXISTE»

Las inusuales temperaturas con las que ha empezado el otoño han convencido a mucha más gente de la realidad del cambio climático que años de denodados esfuerzos de contrastadas informaciones científicas.

La afirmación “sí, es verdad, el cambio climático existe porque hace mucho más calor” es de un reduccionismo argumental apabullante, pero si ha valido para que más personas entiendan que tenemos un problema, pues bienvenida sea. No obstante, da que pensar…

ForesCyL es la plataforma que concentra organizaciones que trabajan en un sector -el forestal- implicado hasta el tuétano en las consecuencias que tiene el calentamiento del planeta. Muchos de los problemas que se están generando nos afectan en primera instancia y muchas de las soluciones que se podrían potenciar están también en nuestra mano.

La realidad es que somos un sector clave. En el debate científico sobre cambio climático, no hay voz que no contemple el papel fundamental de la gestión sostenible de los bosques. Sin embargo, tras un sistemático proceso de ideologización, cuando el debate desemboca en otros ámbitos, se diluye la importancia del sector forestal (su papel protagonista) y se opaca su acción sobre un territorio en el que, que se sepa hasta hoy, siempre se han encontrado los bosques.

Hablar solo de la adaptación de los bosques al cambio climático o de su papel en la mitigación del calentamiento global puede resultar muy convincente. Sin embargo, es necesario extender el debate e ir más allá de la visión pasiva, que se confunde al pensar que (en un planeta antropizado) los bosques, por sí mismos, tienen la capacidad de enfrentar todos nuestros problemas.

Aunque parece obvio, para potenciar el papel de los bosques como sumideros naturales de carbono, y para disponer de materias primas alternativas renovables que sustituyan a otras de origen fósil, es necesario desplegar una actividad decidida (estratégica y orientada). Y prescindir de la baza de un sector proactivo que opera sobre el territorio, significa aceptar fantasías de “ideologías urbanitas”, poco sustanciadas en la ciencia forestal, que consideran que la naturaleza, por sí misma y sin más profundidades, es la solución. Y es que no es lo mismo actividad que activismo.

¿Pueda ser que las inusuales temperaturas de este otoño, y el efecto pedagógico que tiene vivir en carne propia que el verano decline a las puertas del turrón, nos den la clave de cómo enfocar la comunicación forestal en el futuro?

Pues hagamos #ACTIVIDADFORESTAL para explicar que los problemas a los que nos enfrentamos son nuestros y no de los bosques, con esta serie de mensajes sencillos -que no simples-, a esa parte de la población mayoritariamente urbana, que concibe los bosques como santuarios que hay que preservar de la actuación humana, sin entender en absoluto las dinámicas que permiten su existencia y crecimiento, su interacción con la población local y los riesgos que les afectan.

LOS BOSQUES SON MUCHO MÁS QUE UNA INFRAESTRUCTURA

Son ecosistemas multifuncionales, pilares básicos de sostenimiento de la biodiversidad. Por eso hoy resulta inexacto e injusto considerarlos solo como un instrumento para mitigar el cambio climático.

En el último siglo se ha considerado a los bosques como infraestructuras básicas para regular el régimen hídrico y ayudar a evitar la colmatación (acumulación de sedimentos en los fondos) de los embalses; como espacios necesarios para absorber una mano de obra rural depauperada, evitar el estallido social y proveer bienes en situaciones de autarquía; como alternativa para la retirada de tierras agrícolas; como sumideros de carbono… En resumen, como gran recurso que genera soluciones a problemas externos a ellos.

Los bosques son mucho más importantes que todo eso. Es urgente aprender cómo aprovechar su multifuncionalidad, y entender que esto pasa inexorablemente por el equilibrio entre diversos enfoques e intereses, lo que hace imprescindible la GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE y para llevarla a cabo hay que empoderar al sector forestal.

El cambio climático no se detendrá si no eliminamos la utilización de combustibles y otros productos de origen fósil.

UN ÁRBOL TIENE RAICES, NO PIERNAS

Cien años parecen muchos, y en efecto lo son, pero es el tiempo que necesitan las especies predominantes en los bosques castellano y leoneses (pino, roble o encina) para desarrollarse. Si a lo largo de ese tiempo la temperatura aumenta 2 grados y el régimen de lluvias se reduce considerablemente no hace falta pasar por la facultad de montes para imaginar que los árboles más débiles morirán, el resto sufrirá un importante estrés hídrico, las enfermedades y las plagas aumentarán y los incendios pasarán a ser mucho más virulentos. Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

En Castilla y León tenemos ejemplos de procesos provocados por el hombre. El aumento del regadío en el acuífero de Los Arenales (entre Ávila, Segovia y Valladolid) ha bajado de forma muy importante el nivel de la capa freática. La humedad del suelo se ha reducido y ha provocado un elevado estrés en las masas forestales de la conocida “Tierra de Pinares”. Una intensa gestión forestal con retirada de árboles muertos o moribundos cada vez más numerosos está evitando la explosión de enfermedades y plagas.

La adaptación de nuestras especies al cambio climático requiere de acción humana encaminada a prevenir y controlar ese proceso. Castilla y León es la región con más superficie de bosque de la Unión Europea y nos ofrece esa oportunidad.

Hay que disminuir la densidad de las masas forestales para que el estado vegetativo de las plantas sea adecuado, y ser riguroso en la vigilancia y control de enfermedades y plagas. A largo plazo, hay que facilitar la transición de especies hacia otras más xerófilas.

LA GESTIÓN ES LA ALTERNATIVA AL ABANDONO

Castilla y León cuenta con más de un millón y medio de hectáreas de superficie forestal desarbolada susceptible de ser transformada en bosque (el IFN4 recientemente publicado cataloga 1.857.515 hectáreas como superficie forestal desarbolada, aproximadamente el 20% de la superficie regional)  pero ni de cualquier manera ni a cualquier precio.

Desde los colectivos de bomberos y de profesionales forestales existe cierta controversia sobre la idoneidad de crear grandes superficies arboladas continuas por el incremento del riesgo de grandes incendios, pero resulta evidente que las grandes zonas forestales de Castilla y León con grandes superficies continuas (la tierra de pinares de Burgos y Soria como ejemplo más paradigmático), son también las que menos sufren del problema de los incendios. La discontinuidad, si consiste en terrenos abandonados (con matorrales seriales o pastos sin pastar) no reducen el riesgo sino que lo aumentan.

¿Entonces plantamos árboles o no? Las campañas de forestación de tierras agrarias han demostrado su papel en la reducción del número de incendios aumentando la implicación de la población local. Mantener políticas de reforestación a largo plazo está siendo una vía eficaz para el desarrollo de una cultura forestal en Castilla y León, pero es esencial tratar y gestionar cada superficie forestal como algo único ya que generalizar en este tema es erróneo, injusto y en ocasiones devastador para la zona.

El incremento de la masa forestal arbolada en Castilla y León los últimos 30 años ha sido muy importante. Aproximadamente 1.150.000 hectáreas, un incremento del 55% en este periodo. Esto significa que las masas forestales son en general muy jóvenes. A pesar de esta incorporación de masas jóvenes las existencias de biomasa en Castilla y León en toneladas por hectárea se han incrementado un 64%. Los dos efectos, incremento de biomasa por hectárea e incremento de hectáreas, han multiplicado la biomasa retenida en la parte aérea de los bosques de Castilla y León por dos veces y media. Aproximadamente 6,4 millones de toneladas de carbono retenido al año, lo que podría compensar el 30% de todas las emisiones de la comunidad autónoma.

Siendo estos números significativos, el incremento de carbono en los bosques tiene un límite evidente ya que la superficie es limitada, y el volumen de biomasa adecuado en un bosque también.

No podemos permitirnos creer que como los bosques absorben CO2 eso significa que tenemos barra libre de CO2 porque, ni este es infinito ni mucho menos suficiente.

SIN SECTOR FORESTAL NO HAY BIOECONOMÍA

En una actitud responsable ante el cambio climático la sociedad debe evolucionar hacia la satisfacción de sus necesidades mediante la bioeconomía circular. Los tres principios básicos; reducir, reutilizar y reciclar se deben completar con la incorporación al ciclo de materiales de origen renovable, como la madera, en sustitución de materiales de origen fósil.

Castilla y León está incrementando gradualmente su aprovechamiento de madera en paralelo a las existencias, manteniendo una tasa de extracción (volumen de madera extraído respecto al crecimiento) del 30% muy baja si la comparamos con la cifra media europea que ronda el 60% o la de los países nórdicos que alcanza el 90%.

El incremento de la madurez de los bosques obliga a ir incrementando esta tasa lo que abre oportunidades a un mayor desarrollo de la industria del sector, que se encuentra con un incremento de oferta y de demanda de productos de madera.

La madera está destinada a recuperar el papel como material estructural que tuvo en el pasado y a desarrollar nuevos usos mediante su procesado químico.

Recuperar el uso estructural del pasado no es volver al pasado. En los últimos años se están desarrollando nuevos materiales; estructuras de madera laminada, paneles contralaminados, tableros contrachapados, MDF, etc., y soluciones constructivas rápidas, industrializables, de alta calidad, rápida puesta en obra, con elevadas propiedades de aislamiento térmico y acústico y alta valoración de confort por el cliente final.

Simultáneamente se están incrementando otras utilidades de la celulosa en sustitución de materiales plásticos, el consumo de materiales textiles de celulosa como la viscosa, destinados a sustituir tejidos sintéticos, el uso de biocombustibles, etc.

La Ley Agraria de Castilla y León margina «lo forestal»

No podemos mantener por más tiempo esta Ley Agraria porque contribuye a la desaparición del medio rural

Castilla y León se ha considerado siempre a sí misma una amplia meseta cerealista. Sin embargo, actualmente el 54%1 de la superficie de la comunidad es forestal y el 35% está arbolada. La agricultura más productiva se concentra cada vez más en las superficies de regadío, la superficie cultivada se reduce y la ganadería se intensifica a gran velocidad dejando tras de sí un territorio que sufre su mayor transformación desde el neolítico.

Reducir la agricultura y la ganadería a ese 46% del territorio y a las naves ganaderas es una visión reduccionista del medio rural que va a generar problemas a largo plazo. Llorar por el territorio vacío y, simultáneamente trabajar por la concentración de su actividad en una parte cada vez más pequeña, es muy contradictorio.

La actividad rural se basa en tres pilares profundamente conectados: agrario, ganadero y forestal. El abandono de tierras marginales ha supuesto la recuperación, de forma natural o artificial, de mucha superficie arbolada que sustenta una vegetación mayoritariamente muy joven. Los largos ciclos de desarrollo del arbolado dificultan que percibamos el cambio tan drástico que se está produciendo, pero baste decir que el volumen de la masa forestal arbolada se ha multiplicado por 3 en 30 años.

La periferia de la meseta, la cordillera Cantábrica y los sistemas Ibérico y Central tanto en la cuenca del Duero como las vertientes al Miño, Ebro y Tajo son territorios rurales profundamente forestales, donde los productos primarios como pastos, madera, caza, hongos, etc. y sus, actividades industriales asociadas —junto a las actividades terciarias de turismo activo y naturaleza— son la base de la economía.

Las actividades forestales productivas, especialmente las vinculadas a madera-biomasa han experimentado un crecimiento muy importante, la movilización del recurso se ha multiplicado por tres sin que esto haya supuesto aumentar la tasa de extracción. Las industrias del sector forestal-madera de Castilla y León facturan más de 1.600 millones de euros2, más que subsectores mucho más atendidos como el del vino o el azúcar. Mientras que simultáneamente las masas forestales maduran y los ecosistemas forestales mejoran.

Desde la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCYL) queremos levantar la voz para dejar constancia de uno de los obstáculos que, tanto en la forma como en el fondo, lastran el desarrollo forestal, y por tanto rural, en Castilla y León: la Ley Agraria. Si bien es un tema antiguo y conocido por las administraciones responsables, no se le pone solución.

La Ley 1/2014 de 19 de marzo, Agraria de Castilla y León3 establece en su artículo 3.2 “A los efectos de esta ley, se entenderá como sector agrario exclusivamente al agrícola y ganadero.”. La ley nacional, Ley 19/1995 de 4 de julio, de Modernización de las Explotaciones Agrarias4, en su artículo 2.1 define “Actividad agraria, el conjunto de trabajos que se requiere para la obtención de productos agrícolas, ganaderos y forestales” teniendo este artículo consideración de legislación básica de acuerdo con la disposición adicional primera de dicha ley.

Aparentemente, para cualquier ciudadano, la no inclusión de lo forestal en la Ley Agraria podría parecerle apenas significativo, pero los que trabajamos por y para este sector de nuestra Región tenemos constancia de que se está produciendo una situación verdaderamente injusta, de indefensión de una parte de los administrados de la Región (los propietarios forestales, con la no desdeñable cifra de más de 700.000 ciudadanos) producida por este hecho.

Prueba de ello es que, aunque esta Ley dedica por completo su Título II a la “Concentración parcelaria”, cuando una Asociación de propietarios forestales concienciada del problema de la falta de gestión que -tras un incendio forestal- se une y se pone de acuerdo (con la dificultad que entraña) para revertirlo y hace una solicitud de concentración (íntegramente financiada por sus socios), ve cómo la administración, en vez de acompañar en el procedimiento, la paraliza durante años. ¿Pero qué se puede esperar de una Ley donde la palabra “forestal” solo aparece 5 veces en sus más de 130 páginas?

Multifuncionalidad del territorio rural

Esta Ley regional está impidiendo, en la práctica, la gestión forestal del monte privado, muy minifundista, y que representa en torno a la mitad de la superficie forestal, provocando su abandono y que acabe siendo pasto de unos incendios cada vez más virulentos.

Podría parecer un asunto sencillo de corregir o fácil de recurrir, pero el problema es el enfoque de gestión del territorio subyacente. Un enfoque que no podemos tildar sino de corporativo, reduccionista y patrimonialista. 

La división competencial en distintas consejerías no debe aparejar la fragmentación del territorio rural en compartimentos estancos independientes. El territorio evoluciona de forma dinámica y multifuncional y, si bien las “cajas” pueden tener una utilidad operativa debe superponerse una visión amplia e integradora.

Como Mesa no podemos admitir que los problemas sean que aquí mandan los agrónomos, los veterinarios o lo forestales porque como sociedad no nos podemos permitir estar en eso.

La problemática de equilibrio entre agricultura, ganadería y monte es compleja y siempre ha existido. Pero precisamente es desde este equilibrio desde el que se optimizan las oportunidades y necesidades del medio rural y lograrlo debe ser el gran reto de una comunidad eminentemente forestal.

Un ejemplo de esta complejidad lo estamos viendo actualmente en las dificultades para gestionar los problemas sanitarios de la ganadería extensiva y la falta de expectativas de alcanzar algún objetivo debido a la pervivencia de las enfermedades en la fauna silvestre.

El monte necesita ganadería extensiva y el exterminio de la fauna silvestre no puede ser la solución. Los problemas complejos necesitan planteamientos equilibrados y para eso disponemos de conocimiento suficiente.

La cuestión es que si vivimos de espaldas a nuestra realidad y permitimos que nuestra legislación margine “lo forestal” es probable que nunca alcancemos ese equilibrio decisivo para el desarrollo rural de Castilla y León. Si la agricultura y la ganadería intensiva parten del supuesto de que tienen derecho a una importante cantidad del presupuesto comunitario, abandonando a su suerte a todos los territorios de mediana y baja productividad, sin preocuparse de los problemas de seguridad ciudadana que se están creando (incendios) y sin enfocar la gestión desde una razonable mejora de la calidad ambiental, se pueden encontrar con que la sociedad urbana no está dispuesta a financiarlos.

No es entendible, en una región tan extensa y con tantos problemas de despoblación rural, que no se aproveche un recurso, con tantos parabienes económicos, medioambientales, sociales… Desde la MIMCYL estamos convencidos de que la lógica y la sensatez se acabarán imponiendo, pero la cuestión es cuándo: estamos perdiendo una oportunidad histórica de aprovechamiento de recursos locales, y de revertir la despoblación del entorno rural, éxodo que puede llegar a ser irreversible en poco tiempo.

Tenemos que pensar como Comunidad. No podemos mantener por más tiempo una Ley Agraria que contribuye a la desaparición del medio rural.

[1] Fuente: Portal de Datos Forestales de Castilla y León. https://datos.pfcyl.es/
[2] Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Fecha de consulta: 1/6/2021 https://datos.pfcyl.es/
[3] https://agriculturaganaderia.jcyl.es/web/es/estadistica-informacion-agraria/ley-agraria-castilla-leon.html
[4] https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1995-16257

ForesCyL reúne al sector en Soria

Losán, ha resultado el marco perfecto para arrancar el Tour Forestal de la Plataforma ForesCyL. Esta fábrica soriana es un ejemplo fabuloso del despliegue de posibilidades que representa el sector forestal-madera, que a pesar de haber sido declarado como “estratégico” por la Agencia de Desarrollo Económico de Castilla y León, sigue esperando algo más que promesas y parabienes por parte de las distintas administraciones.

Roberto Bravo, presidente de la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León, ha presentado esta iniciativa insistiendo una vez más en la necesidad de revertir la situación de marginación y falta de interés hacia la realidad forestal en Castilla y León por parte de las Administraciones Públicas.

«Esa es la principal razón de este periplo en el que visitaremos las nueve provincias poniendo de relieve el inmenso valor que atesoramos, en una comunidad puramente forestal, y su enorme potencialidad para dar respuesta a nuestros grandes retos ambientales»

La Plataforma ForesCyL representa a un sector que no solo emplea a más de 15.000 personas (fundamentalmente en zonas rurales), sino que además genera infinidad de rentas complementarias con la puesta en valor de productos forestales no maderables como las setas, piñones, frutos silvestres, etc., una actividad que ejerce un papel decisivo para el cuidado de nuestro territorio.

La gestión forestal se ha revelado, este verano, como la única solución viable para hacer frente a los incendios. Evitar el abandono debería ser la principal preocupación. En Soria un 67,5% de la población son propietarios forestales (el doble de la media de Castilla y León: 30,2%) y esa vinculación directa con el monte hace que lleven décadas marcando el camino: gestión forestal + aprovechamiento sostenible = viabilidad económica del monte.

Detrás de estas cifras hay personas comprometidas que necesitan algo más que buenas palabras:

  • Hace falta el reconocimiento social de su labor. Las administraciones gobiernan desde una visión urbanita, ciega ante la verdadera realidad de la región que tienen que gobernar. No podemos permitirnos esta falta de perspectiva que renuncia a una gran ventaja competitiva que emana precisamente de nuestra especificidad: somos una de las regiones forestales más grandes de Europa. Resulta paradójico hablar de bioeconomía sin hacer promoción de nuestra cultura forestal. Sustituir plásticos por bioproductos implica necesariamente entender que su origen es el bosque y luchar contra falsos mitos muy arraigados que demonizan injustamente la actividad forestal.
  • Es urgente mejorar el marco institucional reforzando la coordinación y comunicación entre diferentes Consejerías en cuestiones que afectan al sector forestal-madera.
  • Es fundamental la derogación de la Ley Agraria regional 01/2014, en la que se excluye de forma explícita al sector forestal (al contrario que la ley estatal de ámbito superior, la 19/1995, que si incluye las actividades forestales).
  • Necesitamos tener acceso a los fondos europeos y fondos de Desarrollo Rural, incluidos los destinados a I+D+i en condiciones de equidad con otros sectores.
  • Hay que estimular la movilización de monte privado. Poner en marcha alternativas que permitan la puesta en valor de la superficie forestal privada.
  • Reclamamos establecer bonificaciones fiscales (vía reducción IBI, IRPF…), que faciliten la identidad del propietario con el monte e incentiven la puesta en producción de los terrenos forestales.
  • Hay que aceptar que la mejor prevención de incendios es la gestión forestal. Invertir cada vez más en equipos de extinción, no frenará la virulencia de los incendios, que tiene su principal causa en la progresiva acumulación biomásica en los montes.

Ayer ForesCyL volvió a exponer estas y otras reclamaciones en un acto abierto a la participación de todos. Mientras tanto, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, firmaba con los representantes de los agentes sociales el “Acuerdo de la Mesa del Diálogo Social en materia forestal, para la mejora del operativo de lucha contra incendios forestales”. Si bien desde ForesCyL celebramos que la Junta de Castilla y León amplíe la dotación para extinción de incendios sigue sin hablarse del papel fundamental que en la prevención tiene la gestión forestal… y una vez más la ausencia de representación del sector forestal-madera resulta sorprendente. Más información

TOUR FORESTAL ForesCyL | Etapa#1 – SORIA

El próximo martes 27 de septiembre a las 12:00 h. arranca el Tour Forestal en Soria. Nuestra primera parada será en el Grupo Losan, una empresa fundamental del tejido industrial de la provincia y ejemplo de economía circular. Solo en la planta de Soria, que ocupa 20 hectáreas, convergen tres líneas de negocio cuyos procesos se retroalimentan: la fabricación de tableros, la fabricación de energía mediante cogeneración (procedimiento por el cual se aprovecha el calor de los procesos industriales para producir electricidad) y el aserradero.

En esta primera etapa, antes de la visita a la planta junto con los representantes de la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León, su presidente Roberto Bravo expondrá brevemente la situación del sector forestal-madera en Castilla y León. [ INSCRÍBETE AQUÍ ]

Etapa#1SORIA

Fecha: 27 de septiembre de 2022

Lugar: Tableros LOSAN

C/ Sagunto, Km 352 42190 Soria

Recepción de Asistentes: 12.00 h.

Jornada: de 12.00 h. a 13.30 h.

[ INSCRÍBETE AQUÍ ]

El objetivo de este tour es visibilizar la realidad actual del sector, poco conocida por la histórica marginación de las administraciones y la imagen en ocasiones desfasada que se traslada a la sociedad, y que sin embargo capitaliza un potencial enorme como sector estratégico ante los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos.

Este Tour es un viaje abierto a la participación de todas las personas interesadas en conocer de primera mano la realidad del sector forestal-madera. Por eso invitamos a políticos, medios de comunicación, profesionales del sector, grupos ecologistas, asociaciones, profesores, estudiantes… a conocer estos enclaves de enorme valor forestal para estimular un diálogo constructivo que nos permita trabajar mejor.  Al final de la visita tomaremos un vermut juntos a modo de networking en el que habrá ocasión para charlar y cambiar impresiones ente los asistentes. ¿Te lo vas a perder?

Arranca el  “Tour forestal” de ForesCyL

La Plataforma ForesCyL se pone en marcha con un tour que dibujará el mapa de valor del sector forestal-madera en Castilla y León.

Entre septiembre de 2022 y junio de 2023 las organizaciones integrantes de la Plataforma ForesCyL recorrerán las 9 provincias de la comunidad autónoma de Castilla y León.

El objetivo de este tour, además de sumar adhesiones a la plataforma, es visibilizar la realidad actual del sector, (poco conocida por la histórica marginación de las administraciones hacia el sector) y que sin embargo capitalizaun potencial enorme para ser un sector estratégico de primer orden ante los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos.

Para ello ForesCyL visitará 9 enclaves estratégicos en los que se reunirá con los principales agentes sectoriales para iniciar un diálogo que recoja las demandas de propietarios forestales, trabajadores públicos y privados del sector forestal-madera, plataformas ciudadanas, ONG’s ambientalistas…

Tras un verano trágico, marcado por un aumento de un tipo de incendios forestales que se escapan a nuestro control desde ForesCyL entendemos que no hay otra solución que la gestión forestal sostenible de nuestras masas forestales. Y precisamente la falta de gestión es algo que está en nuestra mano solucionar. Sin embargo, el errático diagnóstico de las administraciones y los medios de comunicación, así como la escasez de voces que pongan el foco en las verdaderas causas de los incendios son un ejemplo claro de la necesidad de construir un relato forestal certero y sin ambages a partir del conocimiento del medio natural que proporciona la ciencia forestal.

Se trata de un viaje abierto a la participación de todas las personas interesadas en conocer de primera mano la realidad del sector forestal-madera: políticos, medios de comunicación, profesionales del sector, profesores, estudiantes, etc.

El recorrido constará de ocho etapas más un acto de clausura en el que se presentará el Mapa de valor del sector forestal-madera de Castilla y León. Un documento resumen que incorporará no solo las conclusiones del proceso de diálogo llevado a cabo durante el periplo, sino un seguimiento del Plan de choque anunciado por el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones el pasado 20 de mayo de 2022.

La primera etapa se celebrará el próximo 27 de septiembre en Soria, una provincia de profundo arraigo forestal con una población estrechamente vinculada al monte que durante siglos ha compartido la visión de que la única manera de cuidar el monte es gestionándolo y que para ello es necesario que sea productivo. En Soria los bosques tienen planes de gestión que determinan sus cortas para hacerlos resilientes, y a su alrededor emerge toda una bioindustria forestal que aprovecha sus recursos. En abril de este año Soria fue declarada “kilómetro cero” mundial de la gestión forestal sostenible por el Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial tras un análisis de sus recursos y del uso de los mismos con criterios de economía circular.

El grupo LOSAN representa un ejemplo perfecto de este modelo de economía circular y será la primera parada de nuestro particular “Tour forestal”.

Para que sean otros «pájaros» los que veamos volar

Llevamos días escuchando noticias sobre el impacto devastador de los incendios y desde ForesCyL queremos mandar un mensaje de optimismo. No todo está perdido pero -eso sí- necesitamos un cambio de mentalidad.

El miedo y la desesperación no deben hacernos perder la esperanza. Hacemos esta reflexión optimista para que llegue a todas esas personas que lloran las pérdidas de estos días. Desde el sector forestal-madera compartimos su frustración. Vivimos y trabajamos estrechamente vinculados a la población de las zonas rurales y sentimos que con el fuego se van una parte de nuestras vivencias. Pero también para contrarrestar las voces amargas que aprovechan la coyuntura y pintan negro el futuro achacando, injustamente, actitudes retorcidas a las empresas de aprovechamientos forestales y a la industria forestal completamente fuera de la realidad.

Titulares como “Los maderistas ya se están frotando las manos” (La Opinión de Zamora 29-6-2022) hacen mucho daño. Equivale a pensar que los médicos de un hospital celebran epidemias como la del COVID-19 porque ellos viven de la enfermedad ajena.

Esta visión distorsionada que tiene una parte de la sociedad sobre los maderistas tiene su origen en un marco de pensamiento muy extendido que demoniza el hecho de cortar madera a la vez que demanda productos ecológicos; piensa que utilizar leña-biomasa es volver al pasado; y considera que la ganadería extensiva está obsoleta. Desde el profundo desconocimiento del mundo rural piden medios para que se “limpie” el monte con dinero público (como si saliera de un saco infinito) y también que se dote a los pueblos de recursos ilimitados para la gestión de un medio rural subvencionado, controlado desde la ciudad, en el que no se permite el desarrollo de actividades económicas.

¿Existe el cambio climático?  Claro que sí. ¿Es el causante directo de los incendios? No exactamente.

El calentamiento global lo que produce es que los incendios sean mucho más agresivos y se escapen a nuestro control.

Si prescindimos de la gestión no hay futuro para el monte

Se ha quemado el monte, sí. Tantos miles de hectáreas calcinadas despiertan mucha rabia y todo el mundo grita pidiendo soluciones. Y mirar con optimismo hacia el futuro no significa ignorar que las cosas cada vez se vuelven más complejas. Si en adelante observamos el mundo con ojos más comprometidos rápidamente nos daremos cuenta de que los mayores desafíos a los que se enfrenta el medio ambiente no están a nuestras espaldas, sino que aún están por llegar.

Por eso estos incendios, a pesar de su terrible impacto, hay que interiorizarlos. Entender sus causas y analizar sus consecuencias. De esta manera podremos estimular los cambios que se precisan para enfrentarnos, mejor preparados, a tales desafíos.

La manera de hacerlo pasa inexorablemente por ir a la raíz del problema y que la sociedad entienda que muchas de nuestras vulnerabilidades son de cosecha propia. Que tienen su origen en las decisiones que hemos tomado, en las oportunidades que no hemos sabido identificar o en las acciones que no hemos tenido el coraje de emprender. Por eso es hora de tener la valentía de afrontar las consecuencias y de prepararnos para el futuro, condicionando este optimismo, al compromiso de poner los medios para no repetir los mismos errores, y diseñar nuevas soluciones desde ese cambio de mentalidad.

Para evitar los incendios forestales en el futuro hemos de desarrollar el marco de actuación acorde con el problema que tenemos que abordar. El marco actual, al prescindir de nuestra mejor baza: la gestión de los montes, no funciona. Y el problema es que mientras sigamos instalados en él seremos incapaces de visualizar soluciones y tomar decisiones correctas. El cambio de mentalidad que hace falta consiste en aceptar la idea de que el monte improductivo está abocado al abandono y que en un medio natural antropizado la única manera de evitar incendios es manteniendo una gestión forestal sostenible.

Para que esto fuera posible en Castilla y León se requiere una inversión mínima de apenas 30 euros por hectárea

Solo un dato: según la Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León, el gasto medio por hectárea calcinada es de 10.000 euros.

Esta cifra parece indicar a las claras que nuestra única opción pasa por gestionar para la prevención.

No va a ser fácil. Somos forestales y nos cuesta hacer llegar nuestro mensaje. Llevamos años marginados por las administraciones a pesar de estar “a pie de obra”. Resulta paradójica esta falta de consideración precisamente ahora cuando, tras los incendios, somos los primeros en ponernos manos a la obra. La restauración de las zonas quemadas también es gestión forestal y somos los agentes del sector forestal los que trabajaremos, a contrarreloj, para lograr la óptima regeneración.

Con el fuego perdemos todos

Los problemas no han hecho más que empezar. En los próximos meses se manifestarán las consecuencias menos conocidas de los incendios. El incremento de madera en el mercado previsiblemente provocará una bajada brusca de precios que generará pérdidas a todos los maderistas, que ya tienen comprada madera verde a precios más altos. El bajo precio retraerá la venta de madera verde, cuya corta es necesaria para la gestión forestal sostenible de los montes, y ralentizará el avance de la gestión forestal hacia la adecuada planificación y profesionalización de toda la cadena en todo el territorio.

El sector de aprovechamientos forestales en Castilla y León está muy tecnificado y los últimos años trabaja a pleno rendimiento. No habrá capacidad para cortar la madera en los plazos necesarios y una parte de ella desgraciadamente se estropeará. Será necesario suspender cortas verdes para que las máquinas trabajen en cortar la madera de los incendios y tendrán que venir máquinas de Galicia o Portugal, lugares afectados también por la ola de incendios forestales.

Tanta urgencia abre un periodo escabroso, favorable a la especulación, con el peligro de echar por tierra el trabajo de profesionales serios del sector forestal que en los últimos años han invertido muchos cientos de millones de euros, no para especular, sino en base al crecimiento de la masa forestal en la región.

Pero es el momento. La Junta de Castilla y León ha colapsado ante la falta de medios para hacer frente a la ola de incendios. Ha quedado al descubierto un problema estructural y la solución pasa por que se nos escuche y se comprenda el alto valor estratégico del sector forestal-madera en una comunidad eminentemente forestal.

Aberraciones como la ausencia de representación forestal en el recientemente creado Consejo Asesor de Medio Ambiente del MITECO son la espoleta que necesitamos para revelarnos y asumir que en algún momento tendremos que pasar a la acción. La plataforma ForesCyL es un primer paso. Un esfuerzo por hacer sector para posicionarnos proactivamente y liderar el cambio de mentalidad.

Piense en esto Sr. Mañueco: «Si tu única herramienta es un martillo todos los problemas te parecerán clavos”.

Aquí nos tiene, preparados y dispuestos a desplegar todo nuestro potencial… ¡¡GESTIÓN!! ¡¡GESTIÓN!! ¡¡GESTIÓN!!

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Una reflexión en frío

Han pasado más de diez días desde el incendio en la Sierra de la Culebra y un manto de tristeza y frustración se ha extendido sobre todos los trabajadores del sector forestal. Desde estas líneas y desde el monte queremos mostrar nuestro apoyo a todas las personas de la sierra que están sufriendo tanto.

La Sierra de la Culebra es un territorio emblemático para el mundo forestal. Un espacio montañoso, que se proyectó hacia el futuro gracias a las repoblaciones iniciadas a mediados del siglo pasado, y la recuperación de la vegetación y fauna asociada, logrando así fijar población. Porque un monte que se aprovecha genera beneficios en la zona, que rápidamente se reinvierten en un sinfín de actividades convergentes. Junto a los aprovechamientos madereros surgieron los micológicos, la caza, actividades deportivas como el senderismo, cicloturismo, turismo rural y de naturaleza, avistamiento de fauna y en especial del lobo ibérico, etc.

Y eso ha sido y seguirá siendo la Sierra de la Culebra: un ejemplo de desarrollo rural asociado al monte.

Un incendio catastrófico en junio

En Zamora, la época de mayor riesgo siempre ha sido septiembre. Sabemos que el dispositivo no estaba totalmente desplegado, pero los medios eran equivalentes o superiores a los de plena campaña de hace 25 años. Sin embargo, este incendio nos ha sorprendido (¿seguro?) en junio, con una intensidad fuera de lo común, convirtiéndose en el mayor incendio de la historia de nuestra comunidad: 30.800 ha.

En un incendio de esta magnitud se toman muchas decisiones erróneas entre las mil que hay que tomar en medio del estrés que produce la escasa información y las condiciones cambiantes. El mayor riesgo es no saber qué hacer y caer en la inacción y en este incendio mucha gente se ha jugado la vida. Por suerte no tenemos que lamentar la pérdida de vidas humanas, solo miles de sueños e ilusiones que esas sí, han desaparecido para siempre.

Y es que, si el riesgo es proporcional a la superficie y el presupuesto a la población, basta un análisis rápido del presupuesto del dispositivo de extinción para entender nuestra realidad. En Castilla y León el presupuesto es menor que el de la Comunidad de Madrid, comunidad diez veces más pequeña; la mitad que el de la Comunidad  Valenciana, con la tercera parte de superficie; y un tercio del de Andalucía, con menos superficie que Castilla y León.

El presupuesto total de nuestra comunidad es el que es. La cuestión entonces es: ¿se deberían trasladar partidas presupuestarias de servicios como sanidad, educación o servicios sociales para la “conservación del medio natural”? Porque podemos reclamar más dinero en inversiones públicas, pero ¿existe la conciencia ciudadana de la importancia que tiene nuestro territorio forestal?

Sabemos bien que sin inversión al final solo nos quedan los lamentos y las declaraciones de “zona catastrófica” como se conoce comúnmente a las zonas afectadas gravemente por emergencias de protección civil (ZAEPC). Este lunes, 27 de junio el Consejo de Ministros ha acordado esta declaración para a Riofrío de Aliste y Ayoó de Vidriales (Zamora). Esto, al menos, supondrá una ayuda en su reconstrucción, pero el problema estructural subyace y las muestras de solidaridad y apoyo son solo una manera de contener un problema con medidas de urgencia que, a la larga, se cronifica sin solución de continuidad.

Más calor y menos agua

Sorprende que todavía se cuestione la evidente relación entre el cambio climático y lo que sucede en nuestro territorio, cuando cualquier agricultor o forestal ve como la cosecha y el riesgo de incendios se adelanta muy sensiblemente. Este es un factor que solo está empezando y que va a ir a más, pero que a corto plazo y a nivel local no podemos abordar, aunque cada uno tengamos que poner nuestro granito de arena.

La única solución: gestión activa del territorio

Lo que sí podemos reclamar es un planteamiento serio de nuestro territorio. Somos la mayor comunidad forestal y tenemos que asumir esta especificidad sin complejos. Solo mediante una gestión decidida de este gran activo es posible encontrar soluciones.

En Castilla y León en 50 años se ha duplicado la superficie arbolada, y multiplicado por tres las existencias de biomasa (en el caso de Zamora, por seis). La región mesetaria (cerealista y ovejera) de los poemas de Manuel Machado ya no existe.

Este incremento del bosque y de sus productos es una enorme oportunidad. Solo la industria de madera de primera transformación factura en la comunidad más de 1.000 millones de euros, más que el sector del vino, por ejemplo.  Hay otros muchos subsectores (resinas, setas…) y otros vinculados al sector terciario y al turismo en actividades de senderismo, caza, etc. de muy difícil cuantificación, pero de indudable importancia económica.

Pero no es solo una oportunidad, también es un riesgo. Incendios como el de la Sierra de la Culebra lo demuestran, y hay muchos más ejemplos.

Hablamos de fomentar la ganadería extensiva, pero tomamos medidas en sentido contrario, por ejemplo:

  • España ha hecho una apuesta clara por la ganadería intensiva con una interpretación torticera de la normativa comunitaria (RAE, torticero: que no se ajusta a la ley ni a la moralidad). Puede tener sentido económico en un territorio mediterráneo que no puede competir con los verdes prados franceses u holandeses, pero nos aboca cada vez más a tener un territorio inmanejable.
  • Sistemáticamente se han considerado las superficies arboladas y de matorral como no admisibles para pastos (CAP=0) cuando son las tierras que han alimentado la ganadería mediterránea.
  • Resulta imposible mantener una sanidad animal razonable de acuerdo con los estándares fijados si el ganado convive con fauna silvestre. Por no hablar del lobo, del que por otra parte también nos sentimos muy orgullosos.
  • No se ha ido, hemos echado al ganado del monte. Y lo echamos en falta.

Hablamos de un reparto más acorde a la realidad de nuestro territorio de la PAC y los PDR.

  • En una Comunidad con un sector agrario fuerte y bien estructurado, pero con una superficie forestal superior al 50%, de las ayudas del programa de desarrollo rural únicamente el 11% (menos del 2% del total de la PAC) se destinan a programas forestales. Es la comunidad con menor porcentaje de financiación forestal en el PDR de entre las que tienen una mínima importancia forestal. El reparto está hecho y las Consejerías afectadas lo dan por cerrado. Nosotros no.

Como señalábamos antes, las existencias de madera (resulta más moderno llamarlas biomasa, pero hablamos de lo mismo) en los bosques castellanos y leoneses se ha multiplicado por tres.

Y los árboles, como nos explicaban en el colegio: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Sin embargo, la visión de una sociedad cada vez más urbana es una visión totalmente estática; un árbol parece un monumento natural que va a perdurar de generación en generación, y no es así. El árbol es un ser vivo que cuando crece necesita más espacio, agua y nutrientes, y el árbol de al lado también. Ambos compiten por la misma agua del suelo y, en años como este ya no queda, sufren estrés hídrico y se dispara el riesgo de incendio.

¿De dónde viene la madera?

Las abuelas contaban antiguamente que los niños venían de París y, a día de hoy, mucha gente parece pensar que la madera viene de Ikea. Pero, a pesar de la decepción que para algunos pueda causar este anuncio la madera viene de los bosques. Y para fabricar productos hay que cortarla. Pero tenemos una buena noticia, la madera es un producto RENOVABLE.

La sociedad tiene que entender que muchos trabajadores y muchas máquinas tendrán que sacar madera del monte y que esta actividad no solo es positiva en lo social y económico sino también en lo ecológico. Históricamente el monte más productivo en madera de Castilla y León ha sido Valsaín y es el corazón del Parque Nacional del Guadarrama.

Cortar un árbol es un delito ambiental

Este disparate tiene su origen en una desatinada interpretación de las funciones del bosque. La enseñanza escolar, desapegada de la naturaleza y del mundo rural, ha condicionado la mentalidad de la mayoría de las generaciones por debajo de 30-40 años.

Cuando se habla de gestión forestal sostenible muchos poderes públicos y el mundo urbano en general piensan que es la “no gestión forestal” lo sostenible, y eso no funciona.

Actualmente las cortas de madera en los bosques de Castilla y León suponen un tercio de su crecimiento. Tenemos cada vez más árboles y más grandes, pero esta progresión sin gestión lo único que va a provocar es el aumento de plagas e incendios.

En un momento de “transición ecológica” hay que sustituir materiales fósiles por biomateriales, el mercado está claramente incrementando la demanda de productos biológicos y la madera es el más importante de ellos. En Castilla y León se dispone en abundancia de un producto cuya demanda aumenta y cuya gestión forestal sostenible garantiza su pervivencia e incremento.

Sorprende que ahora la Unión Europea, después de declarar el gas natural y la energía nuclear como renovable, esté estudiando una propuesta para no considerar la biomasa primaria como renovable. Sería un golpe mortal a que la utilización de la leña y otras formas de biomasa contribuyan financieramente a la prevención de incendios en el área mediterránea ¿Es que solo importan los lobbys?

La gestión forestal sostenible de estas masas arboladas, muchas de ellas creadas por repoblación artificial a partir de 1950, o fruto de la regeneración natural en terrenos agrícolas abandonados, garantiza su transición hacia ecosistemas más valiosos. Pero necesitan una gestión intensa.

Todas las medidas que se puedan tomar no van a revertir la catástrofe de la Sierra de la Culebra. El territorio quemado ha dado un paso atrás de decenas de años, habrá que diseñar una reconstrucción más resiliente, pero es un territorio de vocación forestal.

No podemos verlo todo negro, ha ardido un tercio de la Sierra de la Culebra y dentro del perímetro han sobrevivido zonas arboladas. La naturaleza se recupera, un poco más rápido con ayuda, aunque para conseguir sustituir un árbol de 70 años hacen falta 70 años. En dos-tres años se lavará la cara del incendio y hay que recuperar en lo posible los usos, en particular los usos turísticos, y mantener e intensificar los aprovechamientos en los dos tercios de la sierra que no han ardido. El apoyo público que llegará estos primeros años no compensará el brutal golpe recibido, pero hay que seguir.

Y sobre todo hay que hacer todo lo posible para que no se repita. Sabemos que no va a ser fácil. Hay primero que interiorizar una nueva relación con nuestra tierra. Por eso en ForesCyL estamos comprometidos con esta nueva visión que tiene, en la GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE, la clave para construir el futuro juntos.

Castilla y León: territorio forestal

Pongamos que hablo de la primera región forestal de España

Joaquín Sabina tras más de 19 días y 500 noches resultó que al final hablaba de Madrid. Nosotros con 94.222 km2 y 2.383.139 habitantes nos tenemos que poner a hablar de Castilla y León. Bromas aparte, el caso es que hay cifras que precisan un esfuerzo de contextualización para que sean algo más que simples números. Una labor que las presente como se merecen: con toda su significación. Esa carga de profundidad que las convierte en mucho más que simples cifras con una estructura que se pueda transmutar en datos.

Por eso desde esta sección pretendemos exponer y analizar los datos del sector forestal-madera de nuestra comunidad autónoma y compararlos con los de las demás, para ver dónde estamos y cómo mejorar e impulsar un sector que consideramos estratégico para el desarrollo, no solo de nuestra comunidad sino de todo el país.

El objetivo es aprender de quienes mejor lo están haciendo, facilitar información a los medios de comunicación sobre nuestro sector y apoyar a la Junta de Castilla y León y sus Consejerías en la planificación de una política forestal efectiva que responda a las necesidades del sector.

Las necesidades las hemos encontrado perfectamente descritas en infinidad de planes, estudios, anuarios, informes que hemos ido recopilando y pueden encontrarse en nuestra sección de documentación. Sin embargo, lo que necesitamos es ponernos en marcha y por eso decimos: ¡VA, VA, VA!

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